En el transcurso de nuestras vidas estamos propensos a tener cualquier tipo de accidente, y por muy simple que sea este puede dejar alguna secuela como es el caso de una cicatriz. Aún cuando las cicatrices son un resultado normal del proceso de curación, una de las razones por las que se hace más común la visita de un paciente a un tratamiento estético son las cicatrices faciales.
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¿Por qué se forma la cicatriz?
La cicatriz es el resultado de un proceso en el cual los fibroblastos se proliferan y de esta manera cierran el defecto de las sustancias consecutivas a la herida. Se trata de una alteración permanente de la apariencia de la piel causada por un daño y su posterior reparación con colágeno, sin embargo la piel resultante nunca va ser igual que la original aún cuando su finalidad es la de sustituir el tejido corporal dañado. Se puede decir que la cicatriz ideal es aquella que es imperceptible, angosta, plana, de la misma textura y color de la piel circundante, sin que esta cause algún deterioro funcional de estructuras adyacentes, como es el caso particular de la boca, la nariz o los ojos.
Clasificación de las cicatrices
Según las causas y la cicatrización de las heridas las cicatrices se clasifican en cicatrices atróficas, cicatrices hipertróficas y queloides. En el caso de las cicatrices atróficas se producen una especie de hoyuelos alrededor de la cicatriz situadas a nivel más profundo de la piel circundante. Cuando hablamos de las cicatrices hipertróficas nos referimos a aquellas cicatrices que son gruesas y abultadas, estas son normales después de una quemadura grave, están se arquean un poco más que el tejido cutáneo circundante y para los pacientes son molestas a nivel estético. Y finalmente conseguimos los queloides son el tipo de cicatriz que presentan una proliferación excesiva de tejido, pero que a diferencia de las cicatrices hipertróficas, estas crecen más allá de la herida llegando a invadir la piel sana que se encuentra alrededor, lo que las hace unas cicatrices más grandes que la propia herida.
Tratamiento de cicatrices
Debido a que las heridas tienen un lapso de 18 meses de proceso continuo evolutivo el tratamiento quirúrgico no está indicado antes de este periodo. Sin embargo existen diferentes métodos para tratar las cicatrices, por ejemplo tratamientos naturales, cremas que contengan vitaminas A, B5 o E, peeling químico, la ozonoterapia, tratamiento artificial o quirúrgico y la técnica Z-plastia.
Uno de las herramientas más novedosas son los electrocauterios FIAB utilizados con mucha frecuencia en la técnica Z-plastia, una técnica para el tratamiento de cicatrices que permite camuflar una cicatriz o volver a alinearla. La Z-plastia clásica de 60 grados permite un aumento de 75% en la longitud de la cicatriz y es la piedra angular contra el cual se comparan todas las variaciones.
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